martes, 2 de octubre de 2012

Afrontar la verdad


Creo que mi vida esta mal enfocada que no hago lo que quiero hacer que no me dejo llevar por lo que tengo dentro, por lo que siento, por mis impulsos, que solo hago lo que se supone que tengo que hacer, levantarme por la mañana desayunar, ya sabes, “el almuerzo es la comida mas importante del día”, ir a clase, aprender cosas en las que no creo, volver a mi casa, comer, dormir, estudiar, salir a tomar algo, reír, cenar y dormir y así, día tras día, mes tras mes, año tras año.

Y, ¿qué pasa con lo que de verdad me gusta?, ¿con lo qué de verdad hace que se erice cada centímetro de mi cuerpo?. ¿Quién se ocupa de la parte de mí que llora sólo con escuchar los acordes de una canción especial, o que cuando lee algo que la toca por dentro no puede evitar que se le humedezcan los ojos sin importar donde este o con quien?, ¿qué pasa con aquella parte de mí que ama escribir, que lo necesita para seguir cuerda, para poder expresar lo que piensa?.

A veces, me paro a pensar en lo gracioso que es que estudie derecho y no sea capaz de hablar en público de manera elocuente o que tampoco quiera ser el centro de atención, os asombraría saber lo narcisistas que pueden llegar a ser los abogados. En mi caso, yo no siento la necesidad de obtener el beneplácito de mis profesores por intervenir en clase o por haber planteado la solución más idónea para le resolución de un supuesto, pero, en cambio, siento la total e imperiosa necesidad de poner por escrito todo lo que me pasa, de compartirlo, no me sirve tan solo con escribirlo y guardarlo en un cajón, siento la total e imperiosa necesidad de exponerlo al publico, supongo que a mi manera también soy una egocéntrica incurable.

He estado un año fuera, ha sido uno de los años más felices de mi vida, ha habido momento tristes, en los que me he sentido sola, pero también momentos de felicidad pura, sin trampas, sin peros, simplemente felicidad...
Me fuí pensando que ese año me serviría para darme cuenta de que es lo que realmente tenía valor en mi vida y que era lo que no me aportaba más que infelicidad y tristeza, me marché pensando que al volver lo vería todo más claro, bajo otra perspectiva más limpia. Y, en parte, he conseguido mi objetivo, para bien o para mal me he dado cuenta de lo que realmente necesito para ser felicidad, pero también me he dado cuenta de que lo difícil no era averiguarlo, que en cierto modo, era algo que siempre había sabido pero que nunca quise afrontar porque dañaría a las personas que me quieren. Lo complicado no es haber llegado a la conclusión de que no quiero vivir mi vida así, haciendo lo que se espera de mi... la cuestión es saber si estoy preparada para cambiarlo... par dejar de ser lo que quieren que sea y empezar a ser lo que yo quiero ser.

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